Todos los días recibimos diversas informaciones en cuanto a las dietas milagrosas y soluciones rápidas de cómo lograr el cuerpo perfecto y el estándar de belleza impuestos por la sociedad. Estas informaciones están disponibles a través de los medios de comunicación, tales como Internet, la televisión, revistas y periódicos. Pero ¿hasta qué punto estos “consejos” son seguros?
Para entender mejor, debemos entender que somos diferentes y que cada cuerpo tiene su particularidad. Por lo tanto, los riesgos de seguir una dieta donde no se respeta la individualidad son al menos peligrosas.
Dieta del Dr. Atkins: Robert Atkins creó esta dieta y publicó un libro sobre ella en 1970. Se basa en la restricción de carbohidratos causando una “hambre crónica”, y es extremadamente baja en vitaminas, minerales y fibra, además de subir los niveles de colesterol en la sangre, triglicéridos y ácido úrico. Eliminar los cereales de su rutina alimentar, como es el caso de esta dieta, te hará sentir cansado, de mal humor y dolor de cabeza además de traer grave riesgo la salud de sus riñones. Esto es porque el exceso de ingestión de proteína sobrecarga el sistema renal y la ausencia de glucosa, que es el combustible para el cerebro, disminuye nuestra concentración y nos deja más irritados.
Dieta de la Luna: La dieta recomienda que a cada cambio de fase de la luna, se consume durante 24 horas una dieta líquida. Esta dieta es deficiente en proteínas, carbohidratos y lípidos, siendo muy restrictiva en calorías, que en un principio se resulta en una gran pérdida de agua y músculo. Hay pérdida de peso, pero no del tejido adiposo. La dieta es deficiente en calidad y cantidad de los alimentos, y cómo el cambio de los hábitos alimenticios no se produce, el exceso de peso no será corregido.
Dieta de Beverly Hills: idealizado por Judith Mazel, esta dieta recomienda que las enzimas que se encuentran en frutas, aceleran la movilización del tejido adiposo para la producción de energía. No hay evidencia científica, es una dieta basada en el consumo de grandes cantidades de fruta en todas las comidas y, por lo tanto, carece de proteínas, lípidos, calcio, hierro y microminerales. Como la dieta se vuelve monótona por la falta de diversidad de alimentos consumidos, se limita a ser utilizada por un corto tiempo, habiendo el retorno de los hábitos alimentares antiguos.
Teniendo en cuenta estas tres dietas y conscientes de que hay muchas otras, debemos ser conscientes de que ninguna trae resultados efectivos y duraderos. Al principio, la balanza puede mostrar la pérdida de peso esperada, pero el ciclo de peso es casi seguro, que para la pérdida de peso sea sostenible tiene que ser hecho de una manera saludable, con una cantidad suficiente de alimentos, la calidad de los alimentos que vayan a ser consumidos, acompañados de actividad física y sobre todo respetando la individualidad de cada uno.
La receta para el éxito, entonces, no es difícil o imposible, se recomienda buscar orientación y supervisión de profesionales cualificados, como nutricionistas y educador físico. Combinando dieta, ejercicio personalizado y fuerza de voluntad el resultado está garantizado y 100% efectivo.